Si alguno de los lectores ha visto o conoce la antigua serie animada “Los Supersónicos”, seguro recordará los robots que se encuentran en toda la serie y que incluyen servicio de asistencia en el hogar y vigilancia en el trabajo, siempre con un elemento en común: su naturaleza robótica les hace excelentes vigilantes y exigentes con el cumplimiento de las medidas de cuidado en la casa, trabajo… Pues ya el mundo conoce al primer robot experto en Seguridad Industrial, se trata de Baxter.
BAXTER, UN JEFE EN LA FÁBRICA
Baxter, un jefe en la fábrica
LAS NORMAS SON LAS NORMAS
Hay un gran lado positivo de tener a este singular supervisor y es que Baxter no se encariña de ningún modo con los trabajadores, no se interesa en los cotillos de pasillo y le da lo mismo si a Larry lo acaba de dejar su pareja de hace 14 años, sencillamente el vela por el cumplimiento de las normas y si Larry falla, le llama la atención. Sobre este particular, vale la pena resaltar que algunos trabajadores se han mostrado molestos ante los secos señalamientos de Baxter. Un robot ha tenido que “lidiar” con la malcriadez y el mal comportamiento humano cuando se les corrige por faltar a alguna norma.
LA MAQUINA HA GANADO LA BATALLA
Lo más curioso es que este asistente de planta mecánico está programado para detectar ciertos cambios faciales que expresen enfado, rabia… rabia que abunda en la planta ya que, aún siendo un prototipo de reciente prueba, los humanos estamos acostumbrados a que “nos entiendan” y eso implica que esperamos mencionar algún problema personal y que el supervisor se ponga en nuestro lugar y baje los regaños, con Baxter no funciona así, obviamente.
Los creyentes en la conspiración científica-robótica para desplazar a los humanos gradualmente por máquinas que rindan por X cantidad de trabajadores en determinado puesto, ven en Baxter una terrible amenaza aunque, por ahora, su trabajo se ve reducido a la vigilancia de determinado número de personas en algún sector de la compañía.
LA FUERZA SINDICAL
De todos modos los trabajadores deben andarse con cuidado porque como fabriquen robots sindicalistas, ahí si la tendrán dura a la hora de reclamar sus derechos laborales. ¿No les parece?
